va a la mierda todo.

Me endulzaron fácil el oído. Yo lo creo todo y eso que soy un poco nadaísta. Pierdo en todo. Me quiebro con todo. Estoy quebrado. Mi pensamiento es suicida. Necesito estar con alguien que me haga olvidar mi pesadumbre, mi empecinamiento y beber, beber mucho.
Y me dicen, todo pasa, y les digo y no pasa nada, pero me duele por eso chupo.
Mi semana de olvido se han convertido en tres semanas de borrachera total y no de olvido. He comprado la mierda que nunca compro y me he quedado dormido donde nunca.
Y es que siempre que me recuerdan que no tengo ni amigos me envejezco.
Algo en mi garganta se alebresta y por las noches toso y hago un ruido extraño.
Por las mañanas mi esfínter y mis entrañas me mientan y me cantan las mañanitas.
Mi bolsillo me dice -te acabaste los únicos 20 pesos que tenías-.
Dos cigarros sueltos, un tejano y un agua mineral, lo único que he necesitado.
¿Escribir? ¿Leer? ¿Componer? Para qué si ya me dijeron que no sirvo. Estúpido transtorno bipolar. Que he caído en la trampa una y otra vez y mis oídos son ahora llenos de dulce que no alcanzo a lamer y no alcanzo a oír, así que no me pregunten por que estoy enojado ó por que soy mamón, la respuesta esta en la tristeza que es como el cáncer, es mental, es elemental.
Vayan a la verga todos hasta nuevo aviso. Que hay toque de queda.