Muscarita.

A ver.
jaja.

Me fui con mi cuate el nan, ah!, y su pinche perro el nadir.
pues nos ha ido muy bien, verdadera aventura.

Espero pasar fotos proximamente.

Nos fuimos, llegamos, (excelente elipsis), pues cargamos mucho peso y nos fuimos a escalar hasta la chingada del izta.

En el camino, puesto que nuestra intención era tener un trip védico con amanita muscaria, estuvimos bajando a cada rato a ver donde podía llacer.

Pues donde dije que ahí, el feibol se puso loko y dijo que nel, hasta que llegamos a un lugar en el que acordamos y dijimos: Aguevo.

Feibol entre sus oraciónes pronunció: Ojalá que nos encontremos a un viejito que nos diga cuál es el pedo. Y pues encontramos en la campiña a una señora recolectora de hongos que nos dijo: Es mas atras, (justo donde dije que buscaramos); Regrese unos 4 kilometros, y ahí estaban los mismos que nos dijo la ñora, ( muy buena onda).

Subimos la Izta y el pinche nan quería ver el amanecer; Fuimos hasta la chingada, sin equipo, (que ni se necesita), y la neta nos paramos por que nos llegó el granizo, puse en chinga el pinche impermeable sobre la leña, pusimos en chinga la casa de campaña y nos quedamos jetones como de 8pm a 4 de la mañana, cuando al pinche feibol se le ocurrió hacer la fogata y asar los hongos.

Pues nos dimos, por que según yo al simple fuego y no había pedo, como el pinche buda; Pues nada, se debe secar, nos ha puesto a todos una pinche madriza el hongo.

Fuimos a la campiña, vimos los muscaria y el pinche nadir se alocó y se mordíó los hongos; Se los saqué del hocico, hasta las cuatro de la mañana, el que había mordido, se lo cedímos ya calientito; al terminar de comer me sentí algo raro y me fui a la casa de campaña, sabía que algo que hice mal estaba repercutiendo mi salud.

Seguido llego el perro a acostarse junto a mi, no podía ni moverme, había algo raro, no era algo visionario, era un envenenamiento involuntario.

Llegó despues el nan (que lo quiero mucho a ese cabrón), nadie hablaba o ladraba en la casa.
- ¿ como te sientes wey?
-Raro


El perro salió, lo escuchamos wacarear.
A los 2 minutos, me decidí a salir yo también a wuacarear.
Como a los 5 minutos salió nan a wacarear. No me pude mover hasta las 8 de la mañana, el nan me hablo al amanecer para ir a la nieve, a donde tanto quería yo llegar y pues fue él y su perro.

Vimos un chingo de conejos, , no había querido invocar a la víbora, pero al final salió, encontramos un riachuelo donde una catarína se posaba en un madero, unas águilas que pensaban ya estabamos muertos, y de regreso el bocho estaba congelado como para prender, lo tuvimos que empujar y ahí llegó un vato desde republica checa para ayudarnos a dar el empujon.

Me alegra saber que hay buena banda en algún lugar.